Revisa las pérdidas de calor de tu vivienda
Toda grieta o abertura permite el ingreso de aire frío a tu vivienda o filtración de aire caliente al exterior. Verifica las junturas de los marcos de puertas y ventanas, que no haya una separación muy importante para así evitar la fuga de energía desde el interior.
Cambia o Sella puertas y ventanas
Existen en el mercado diferentes tipos de sellos para evitar el ingreso de humedad y también burletes o listones de goma, caucho o plástico, para corregir separaciones de marcos y hojas de puertas y ventanas. En caso de mal estado, conviene cambiar ventanas de madera por PVC o Aluminio, que duran más y la humedad no las penetra.
Mejora el aislamiento de paredes y techo
Un buen aislamiento térmico reduce el cambio brusco de temperatura entre el día y la noche, disminuyendo el consumo de energía en calefacción. En el mercado existe una serie de materiales con características especiales de aislación como: lana mineral, de vidrio y poliestireno, que no deben ser apretados ni comprimidos; su unión debe ser pareja y su espesor constante, sin dejar abertura en las uniones, lo que permitirá distribuir mejor el calor al interior de tu hogar.
Recomendaciones para un mejor invierno
Ventila tu vivienda por las mañanas, sin calefacción encendida, para mantener la salud de la personas y permitir a los materiales de pisos, muros y cielos no acumular humedad ni producir hongos.
Seca las ventanas de vapores evitando la condensación al interior del inmueble.
Abre cortinas y persianas en las mañanas, y ciérralas todas las noches, para permitir que la energía solar tempere la vivienda.
Instala extractores de aire para retirar la humedad y vapores de baños y cocinas. Utiliza campanas con extracción al exterior y no dejes ollas o teteras hirviendo sobre estufas o cocinas.
Prende tu calefactor a parafina en el exterior de la vivienda para evitar contaminación intra- domiciliaria.